31 enero, 2015

Markéta Luskacová: El desafío de lo inaudito.



Una de las palabras checas para referirse a la fotografía es zvecnit, que literalmente significa inmortalizar. Aunque anticuado y coloquial, es de alguna manera apropiado cuando se habla de las fotografías de los nativos de Praga de Markéta Luskacová (Praga, 1944). Considerada como una de las mas respetadas y talentosas fotógrafas de los últimos veinticinco años.


En 1963 tomó sus primeras fotografías, inspirada en un encuentro casual con los peregrinos que viajan a la ciudad medieval de Levoča, en el este de Eslovaquia, esa fue toda la iluminación que necesitó para dedicar toda su vida a la fotografía. En The Pilgrims plasmó lo que quedaba de la cultura cristiana y rural de Eslovaquia. Durante ese tiempo se concentró casi exclusivamente en fotografiar peregrinaciones religiosas. Cumplió su propósito pues obtuvo fotografías incomparables. Vemos a los retratados en toda su intimidad, como dice John Beger “están en otra parte con sus vecinos; los muertos, los no nacidos, los ausentes”.


Se mudó a Inglaterra en 1975, donde quedo fascinada por el London's Brick Lane y por los mercados de Spitalfield y sus comunidades de inmigrantes. El nacimiento de su hijo hizo que el tema principal de su fotografía fueran los niños y la niñez. Sus caminatas por Londres también dieron resultado a una bella y conmovedora serie sobre músicos callejeros.


Markéta Luskacová enfrentó el desafío inaudito para el que había sido convocada. Los retratados confiaron en ella.

















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